Como inciso (¿o "exciso") de mi palabrerío anterior quiero profundizar sobre que "ALGO está pasando" en la escena musical argentina. Si bien el mainstream y el underground muchas veces mal interpretado continúan en línea recta hacia Siempre Lo Mismo (población: ...muchas bandas), hace un par de años volvió a existir una corriente autogestionada que trajo nuevos aires a los enfermos de la música que solamente tenían los oídos oyendo música a larga distancia, siempre con el tímpano cruzando algún océano o quizás tan sólo una triple frontera.
El caso es que esta "corriente" suena distinta, se vé distinta, huele de distinta forma; y lo hace mejor en muchos de los casos. Éste hecho hace que uno, quizá, se sienta a veces que es Tony Wilson y que Buenos Aires parece el Manchester al que le cambiaron la "n" por una "d" y ahí cambió todo. Al menos, así me siento yo en algunas ocasiones.
Si bien no soy Tony Wilson (no escribiría éstas estupideces, tendría mucho más dinero y, ¡ah, estaría muerto!) y ésto - por Buenos Aires- no es "Madchester" (¿por suerte?), esa sensación que el propio Tony describió y que luego los demás disperdigaron por varias películas, biografías, etc. me recorrió el cuerpo y encendió alguna de las lamparitas que están tiradas en la caja de mi cabeza en contadas ocasiones en éste último tiempo. Para citar dos ejemplos: el jam que se armó así casi de la nada luego de una noche de solistas de diferentes bandas que tocaron en Plasma, en el que unas 30 personas nos quedamos viendo un completo descontrol lleno de energía, amor y rabia generado por música tocada hasta casi sin saber algunas canciones, pero con esa sensación de "total nadie nos está mirando"; y por otro lado, el simple hecho que una banda toque 2 canciones más después de los bises sólo porque yo, un simple mortal que mostró mucho interés y rompió las pelotas haciéndose el Willie Baterola pegadito al escenario como fue en el caso de la anterior entrada de este blog lo que le hace sentir a uno que está dentro del ojo de un huracán en el que se siente calentito y cómodo, mientras que por ahí, afuera, todo se está viniendo abajo.
Quizá sea porque éstas bandas de ésta corriente logran que uno se sienta como que nadie lo está mirando; quizá sea porque dicha corriente todavía sea pequeña y uno se sienta un privilegiado al vivir lo que ellos producen o quizá sea por mi eterno conflicto de sentir que nací en la década y el lugar equivocado...¡pero ALGO está pasando! Y es que las cosas que están pasando tienen cierto gustito a ingenuidad que sólo tienen las cosas que se gestan desde abajo y que se hacen, al menos al principio, para algunos pocos que se animan a comprender lo que van a oir o escuchar, o al menos lo intentan y un detalle para nada menor es el hecho del "préstamo" de integrantes entre distintas bandas para generar proyectos paralelos a los principales de cada músico. Si bien ésto tampoco es algo nuevo en el mundo, sí parece serlo en nuestros pagos; al menos en lo que a hacerlo abiertamente concierne. La única y gran diferencia con escenas como la alemana, la estadounidense o cualquier otra "grande", es que esa rotación de miembros de distintas bandas no se efectúa entre miembros de bandas muy distintas entre sí, dejando relegadas infinitas posibilidades de generar nuevos sonidos, que es algo que con el talento existente en éstos jugadores que juegan para varios clubes no sería ningún impedimento de animarse a salir aunque sea un poco de ciertas etiquetas. Habrá que esperar y ver hasta dónde se pueden abrir tanto las mentes como los rótulos así como de los músicos como de los oyentes.
Si bien ni en Manchester ni en Buenos Aires las bandas quisieron o quieren que "no los miren" para hacer lo suyo: los punks tuvieron una estética y hasta música diseñada de modo marketinero, en algunos casos, diseñadas a la perfección para que la gente se sintiera identificada con su ira y su supuesto nihilismo...y acá, también en gan medida, se reciclan y se juntan sonidos que hicieron que pasara ALGO en otro momento y emplazamiento histórico para sonar como la "novedad", si uno le da una almendra al hamster que tiene corriendo día y noche en la ruedita de su mente y lo sienta a su lado y se logra conectar con la verdadera intención de esta música, que es muy parecida a obras buenas y tan diferente a la gan cantidad de porquerías tan efectivas que andan circulando hasta en la lista de los discos que tenés que escuchar según la revista Cosmopolitan y uno se queda quietito dentro del huracán y se mueve con él, lo único que puede pasarle son cosas buenas. Y eso, en parte, es ese ALGO que está pasando y que por ahí algún día, cuando aprenda a escribir, por ejemplo en mi caso, pueda documentar de manera un poco más fidedigna con la esperanza de que ALGO sí apareció en el moment justo para éste lugar.
sábado, 9 de enero de 2010
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